viernes, 19 de octubre de 2007

Coso poco, pero sigo aquí


Pues eso, que no he abandonado el mundo bloguero, ni la costura...


Este verano me cundió bastante (ventajas de vacacionar algunos días con los abuelos) pude atacar un poquito uno de mis UFOS, cosí bastantes camisetas (como las de la foto) y terminé una colcha que tenía pendiente...
Ahora que ya hemos vuelto a la rutina de "cole-trabajo-parque-baño-cena-estoy agotada"...no coso mucho pero bueno, poco a poco...
Continuará...


























jueves, 31 de mayo de 2007

Pedazos de amor

Comenzaré hablando del proyecto que mas me enorgullece haber realizado y al que más cariño tengo y tendré siempre: la Colcha de los 100 Deseos, o Bai Jia Bei, que cosí para mi hija, Sara Qin.

Existe una tradición en el norte de China que dice que, para dar la bienvenida y celebrar la llegada de una nueva vida, se acostumbra a solicitar de amigos y familiares un retal de tela acompañado de un deseo para el bebé, con todos los retales se confecciona una colcha que guarda la suerte y los buenos deseos que han trasmitido los amigos y familiares, y es heredada de generación en generación.

Conocí esta preciosa tradición a través de otra mamá adoptante residente en EEUU, nos contó que los adoptantes en China americanos intercambian trozos de las telas de algodón que utilizamos para el patchwork y confeccionaban con ellas preciosas colchas para sus hijas, a cada pedazo de tela acompañan una tarjeta en la que expresan un deseo, un proverbio, una cita para el futuro de la niña o el niño...

Yo llevaba un tiempo haciendo patchwork, así que junto a otras familias adoptantes nos embarcamos en un intercambio de telas, acompañadas de deseos, para confeccionar colchas para nuestras hijas (después de este primer intercambio surgieron muchos más entre distintos grupos de familias, adoptantes en China, en otros países, con hijos biológicos...la tradición se ha hecho nuestra).

Busqué en Internet información acerca de esta tradición y no encontré nada, la única referencia a algo similar que encontré fue en la novela "La Gran Dama" de Pearl S. Buck, en ella se narra la historia de una concubina del emperador, que tiene un hijo con él. Para proteger a su hijo de los enemigos que lo acechan ya que puede convertirse en heredero, la protagonista pide un trozo de tela a cada una de las 100 familias de más alta alcurnia, y confecciona con esas telas un traje para su hijo, de esta manera el hijo forma parte de esas familias y está protegido frente a sus enemigos.

La verdad es que, siendo los Estados Unidos el país donde el patchwork ha florecido, empecé a pensar que la tradición no era tal, sino que se la habían inventado las familias americanas...hasta el verano pasado en el que, durante mis vacaciones, coincidí brevemente con una chica china a la que le hablé sobre el tema. Y sí!!!, conocía la tradición, me dijo que se hacía en China hace mucho, mucho tiempo...fue una gran alegría saber que es una auténtica tradición china.

La colcha está hecha con una técnica reversible, que trataré de explicar en otro post, lleva 100 telas distintas, la de fondo y 99 estampadas que fueron aportadas durante varios meses por familia, amigos, mi profesora y compañeras de clase de patchwork, amigas de grupos y encuentros de patchwork...

Cada trozo de tela iba acompañado de una tarjeta incluyendo un deseo para Sara, algunos muy elaborados, otros más sencillos pero todos llenos de cariño para ella y todos igual de importantes así que sólo mencionaré éste en especial, bordado por la abuela con palabras del abuelo.


Recopilar las telas, emocionarme con los deseos y comenzar a coser la colcha hizo mucho más llevadera la espera para viajar a China y reunirme con Sara, pero sobretodo me hizo sentir el amor con el que era esperada e iba a ser recibida.

Chus
Dedicado a los que desearon:
los abuelos;
el tío Guillermo;
Marta;
Maritoñi;
mis colcheros;
Bibiana y las compañeras de clase de patch;
Toñi, Yoly, Soraya y todas las chicas de Torrejón
Julia, Rosa Mary, Asun y todas las chicas de los grupos de yahoo de patchwork.

jueves, 25 de enero de 2007